5 oct 2011

El Desafío del Trabajo




Un gran desafío que enfrentamos muchas de las nuevas musulmanas es el trabajo.  Cada situación es diferente, y si bien de manera general la mujer musulmana no está obligada a trabajar, ya que su manutención dependen de los hombres de su familia como su padre cuando es soltera y su esposo cuando está casada, muchas nuevas musulmanas no contamos con ningún familiar musulmán, ya que venimos justamente de familias no musulmanas que usualmente nos piden que colaboremos en los gastos del hogar una vez que estamos en edad para hacerlo, otras son mujeres divorciadas o madres solteras que no siempre cuentan con apoyo económico de quienes fueron sus parejas y les toca mantenerse a ellas mismas y a sus hijos por sí solas. 
Como podemos ver, si bien islámicamente el trabajo es solamente de carácter opcional para la mujer musulmana, las situaciones que vivimos las musulmanas reconversas suelen obligarnos a trabajar para mantenernos.  En situaciones como esta pensar en conseguir un trabajo no es tan simple pues una vez que somos musulmanas debemos considerar que nuestro trabajo nos brinde ciertas facilidades para practicar cosas tan importantes como el salat (rezo) o evitar cosas ilícitas como el contacto físico con el sexo opuesto por ejemplo al saludar con beso en mejilla o dando la mano como se acostumbra en la mayor parte de nuestras sociedades latinas.  
Esto hace nuestra búsqueda del trabajo apropiado algo complicado, por lo que en ocasiones las mejores opciones suelen ser trabajar desde casa (por ejemplo: trabajos de diseño web, telemarketing, clases privadas, costura de ropa, etc.) u ofrecer un producto o servicio destinado sólo para mujeres donde seamos nuestras propias jefas (Por ejemplo: venta de cosméticos, joyas, manualidades, venta de ropa, venta de pastelería, etc.).  Otra posibilidad  que  también  se  maneja es que un grupo de mujeres musulmanas de la misma localidad se unan y organicen su propia microempresa (Por ejemplo: Venta de comida a pedido de empresas, servicio de buffet, elaboración de productos químicos como detergentes, etc.).  En realidad, mi recomendación personal es empezar por plantearse estas opciones, ya que nos permiten sin problema hacer nuestros salats a tiempo, vestir nuestro hiyab (vestimenta islámica), y evitar el contacto físico con hombres desconocidos, entre otros beneficios como manejar un horario flexible que facilita a las que son esposas y madres no descuidar la atención de su hogar.
Sin embargo, si no se logra realizar trabajos como los planteados anteriormente, entonces se verá obligada a trabajar para alguien más como por ejemplo en una empresa.  Las musulmanas que trabajan en empresas usualmente se ven obligadas a seguir las normas laborales de esa compañía que usualmente les asigna un uniforme específico, en ocasiones este uniforme no da la posibilidad de usar hiyab por lo que algunas hermanas se ven forzadas a quitar sus hiyabs al llegar al lugar de trabajo y volvérselos a poner al salir, lo cual las hace sentir incómodas, así que como sugerencia para estos casos recomiendo lo que han hecho algunas hermanas que luego de tener un cierto tiempo trabajando y desempeñándose en esa corporación, hablan con sus superiores y les informan de su deseo de que se les permita vestir el hiyab en su trabajo, y alhamdulillah (gracias a Allah) algunos jefes sí acceden a esta petición, sin embargo, si no aceptan, es mejor empezar a buscar otras opciones de trabajo que sí le permitan vestir su hiyab sin ningún problema inshallah (si Allah quiere) para poder retirarse cuando ya cuente con otra alternativa mejor de ese lugar que limita su práctica del Islam.  Lo primero es tener la intención de querer usar el hiyab en el trabajo y lo segundo es buscar la forma de lograrlo y así Allah lo facilitará al ver nuestra verdadera intención y esfuerzo.
Otro aspecto importante al considerar cuando trabajamos para otros es que nos sea posible  efectuar  nuestros  salats  a  tiempo.  Dada  la  importancia del Salat, es un pilar del Islam que no puede dejarse a un lado en cualquiera que sea la situación, pues recordemos que el Salat es una de las cosas más importantes que diferencia al creyente del no creyente.  Abandonar el salat es algo que realmente no podemos permitirnos como nuevas musulmanas, sin embargo, es cierto que al trabajar en una empresa no contemos con una sala para efectuar nuestros rezos pero podemos buscar formas de llevar a cabo este pilar tan importante.  Por ejemplo, si en nuestro lugar de trabajo tenemos asignada una oficina para nosotras solas, podemos ir al baño a hacer wudu y entonces encerrarnos por unos pocos minutos en nuestra oficina para rezar.  Si no contamos con una oficina propia ni con un lugar donde rezar entonces podemos tratar de rezar sentadas en nuestra silla.  También he escuchado otras hermanas que ingeniosamente rezan sentadas mientras van en el bus por ejemplo.   Y por último, si por motivos de fuerza mayor, ninguna de las alternativas anteriores han sido posibles de llevar a cabo, aún se deben recuperar los salats perdidos tan pronto sea posible, como por ejemplo tan pronto se llegue a casa, no deben aplazarse más, dada la importancia de hacerlo a tiempo.
Otra dificultad que se presenta al trabajar en una empresa es la mezcla y el contacto con personas del sexo opuesto, por lo que debemos procurar evitar esta situación más allá de lo realmente necesario, guardar el recato evitando el contacto visual y físico y por supuesto evitar estar a solas con un hombre. Es preferible que de ser posible, se hable con los superiores para indicarles que por motivos personales no saludamos con mano ni beso sino simplemente de manera verbal y amable con un hola o buenos días.
Por último, otros inconvenientes que se pueden presentan al trabajar en una empresa con compañeros de trabajo no musulmanes es intolerancia y burlas por parte de ellos debido al gran prejuicio que hay aún en nuestras sociedades latinas hacia el Islam y los musulmanes.  Tales han sido casos como el de una musulmana que trabajaba en una empresa  en  Chile  a  la  que  sus  compañeros  de  trabajo  molestaron  continuamente por razón de su religión por algunos años hasta que ella entabló una demanda y alhamdulillah la ganó.  Es importante que aprovechemos nuestro espacio de trabajo como un lugar de dawah (invitación al Islam) y una de las mejores maneras es empezando con el ejemplo, siendo las mejores trabajadoras que podamos ser, honestas, responsables y siempre brindando un servicio o producto de calidad y por supuesto tratando con respeto a las personas con las que trabajamos.  
Ser nueva musulmana trabajando en una sociedad no musulmana resulta en verdad un gran desafío pero no es algo imposible de realizar si tenemos en cuenta los principios islámicos y hacemos nuestro mejor esfuerzo para seguirlos por más adversas que sean las circunstancias y aunque esto implique utilizar formas creativas e ingeniosas para llevar a cabo la práctica de nuestra fe sin dejar de lado nuestras tareas de trabajo. 
Que Allah nos facilite todos nuestros asuntos…amin


Autoría del artículo:
Este artículo ha sido escrito por "Islam Para La Mujer Hispanohablante"