Assalamu alaikum warahmatu Allahi wabarakatuh (La paz, las bendiciones y las misericordia de Allah sean con ustedes)
-La historia a continuación es de contenido fuerte, por lo que hemos preferido ocultar el nombre de la hermana que nos ha compartido su testimonio y no especificar nombres de ciudades y países.-
Es para mí una prueba muy grande poder hablar de mi testimonio de fe o Shadadah que alhamdulillah (Gracias a Allah) realicé hace ya hace un año en un país de Norteamérica.
Yo crecí como muchas de las familias latinas en la casa de mis abuelos junto con mis padres y mis tíos. Siempre fui tímida y de pequeña creía que teníamos hilos transparentes como marionetas y que Dios nos movía pero no veíamos los hilos y parecíamos bultos si nos los cortaban. De pequeña sufrí todo tipo de abusos: mi mamá tenía problemas maritales con mi papá por la familia paterna y me pegaba demasiado, mi padre cuando se ponía histérico, también me pegaba, por otro lado en la escuela un maestro abusó de mí tocándome en plena clase y se lo conté a mi mamá, además tenía un primo que gustaba de que jugara con él a dejarlo ver mis partes privadas, luego a los 7, una prima, 2 años mayor, me decía que la besara y la marcara y la familia me preguntaba si yo era lesbiana y yo no sabía por qué. Ésa misma prima fue una de las causas de mi pérdida de autoestima pues todo mundo me comparaba con ella. Mi madre fue la otra pues hasta hoy la amo con todo mi ser, pero me siento sola como mujer. Puesto que después de varios años de maltrato llegué a pelear contra ella y mi padre a golpes, cosa de la que me arrepiento profundamente y sé bien que el maltrato psicológico es igual de perjudicial que el físico.
No todas las cosas eran malas, disfrutaba lo que llamamos navidad, me gustaba jugar a las muñecas, cantar y me gustaba mucho estar con mi mamá en la cocina, adoraba sentarme en el regazo de mi padre, pero cuando nació mi hermano 5 años menor me sentí muy desplazada y aumentó la presión… para todos.
Cuando crecí y me hice adolescente fui muy rebelde porque quería escapar de las tristezas de casa, empecé a salirme y sabiendo que tenía, como fuese un hogar y que estaba segura en él, empecé a ir a fiestas, a tener novios. Empecé a ingerir alcohol desde los 13 años con mi prima y amigos que le contaban a mi familia como “Yo” me había emborrachado. A los 17 ya había tenido contacto íntimo. Poco después a los 18 años probé la marihuana y posteriormente me hice de un novio con el que compartí drogas como el éxtasis, la cocaína, el LSD, las anfetaminas, empecé a tener conductas disfuncionales pero él se fue de viaje a un país de Norteamérica y yo me quedé en mi país con mi adicción y me di cuenta que una relación de drogas, alcohol y relaciones no me llevaría a nada bueno y peor aún, que sí era un círculo vicioso que yo también buscaba por no hacer frente a mi realidad. Y sólo Dios sabe cuánto sufrí por eso, porque mis padres y hermanos notaban mi rareza. Dentro de todo siempre estaba interesada por los países árabes y soñaba que viajaba a esas tierras pero sin conocer un lugar específico. Un día de tantos que empecé a adoptar una conducta desesperada a causa de las drogas a veces quería caminar en lugares peligrosos por sentir adrenalina, tenía una conducta promiscua, iba en bicicleta por zonas de alta velocidad retando a la muerte, alguna vez se me ocurrió meter un labial a mi bolsa y con eso… terminaron 3 meses de libertad. Mis padres entablaron un juicio contra la compañía dueña del producto y gracias a Dios salí libre por una carta que mi papá hizo diciendo que era capaz de cortarse la mano por lo que yo había hecho. En verdad que me di asco a mí misma y lloré mucho tiempo después pidiendo perdón a Dios. Malas amistades, malas relaciones.
Al terminar la universidad convencí a mi papá que me mandara a un viaje a un país de Norteamérica a perfeccionar el inglés y por ahí aprovechar que me recibía de mis estudios universitarios. Por supuesto, una vez que llegué a este país de Norteamérica me sentía libre de ser ¡yo misma! Estuve viviendo un mes sola con mi casera y aprendí cosas valiosas pues ella tenía 75 años y yo no me quería acercar a los hombres porque ya sabía yo en lo que el shaytan (Satanás) me había tentado miles de veces. Me hice amiga de otra niña a la que le gustaban los árabes y yo… sólo me emborrachaba. También viví con una persona 3 meses que tenía el vicio de las drogas, cosa que es muy tolerada en ese país, pero ese chavo andaba con más mujeres y una vez quiso abusar de mí estando él drogado mientras yo dormía para ir al otro día a la escuela. Desde ese día, salí huyendo de ahí con mi amiga y cómo no si todas las cosas las estaba haciendo mal. Pensando que vivir otra vez en alquiler sería más fácil, me volví a ir con mi amiga a antros hasta que una vez que según yo no iba a tomar, amigos de la escuela nos presentaron muchachos árabes que al final no sé cómo le hicieron pero acabé borrachísima y al otro día solo vi la cara del muchacho a mi lado y me dijo gracias pero no puedo verte y se fue…Tiempo después un chico, también árabe, tardó 2 meses en salir conmigo insistiéndole a mi amiga y según anduvimos de novios. Pues una vez me encontré en su apartamento un libro que hablaba del Islam y ahí fue cuando me di cuenta que el Islam que mencionaba el libro no tenía nada que ver con esos chicos árabes que había conocido en el antro y que yo creía en ese Dios pero no sabía cómo… Toda esa información retumbó en mi cabeza y me pregunté qué hacía con esa persona que venía de un país tan religioso y sin practicarlo. Al mes conocí a mi mejor amigo, un chico también árabe, 2 años menor que yo, a quien le enseñé el inglés y lo invitaba a salir para que conociera esa ciudad y su tío que era menor que él, dos años también. Eran mis mejores amigos pero no me daba cuenta de algo ¿por qué salen conmigo? ¿Qué no es lo mismo que había hecho el otro muchacho árabe? Un día, uno de ellos me hizo una carta en la que me decía que quería ser mi novio a lo que dije NO, uno porque yo veía que era buen musulmán y no me sentía digna de esa pureza y religión por lo cual mi amigo muy enojado llamó a su madre para que lo comprometiera con su prima. Tiempo después me enseñó cómo se hace la oración, la ablución y un primo suyo me mandó el Corán. Un día le dije a mi amigo árabe que soñé con la piedra negra de la Kabbah y que ponía mi frente ahí a lo cual se puso muy feliz y yo poco a poco conocía más y más cosas del Islam. Un día mi amigo se enteró que había pasado con esos muchachos árabes y me di cuenta cuanto lo quería y él a mí, pero yo no sabía del error que un musulmán comprometido con su din (religión/estilo de vida) no debe rodearse con mujeres ni las mujeres con hombres y ellos me ayudaban a pagar todo y me molestaba porque pensaba que creerían que tenían derecho sobre mí.
Aquí y gracias a Dios comprendí por qué sentí mi vida en un círculo eterno… siempre lo mismo, haciendo lo mismo y siempre rodeada de hombres, si era para mí aburrido salir con mujeres, pero al haber salido con tantos amigos varones, siempre estuve expuesta y a expensas de sus pasiones y a las mías propias. Por muchas razones me di cuenta de lo que mi madre me decía, a pesar de todo ella tenía razón y yo no, porque si es verdad que las mujeres siempre tenemos más que perder y habríamos de darnos a respetar... Al paso del tiempo le pedí a mi amigo que me ayudara a hacer mi shahadah (testificación de fe) y ese día llovió y mi amigo me abrazó como si fuera la última vez y de hecho así fue. Tomé mi shahadah y no sé por qué lloré tanto, había chicas árabes en una cafetería y les conté, se pusieron muy felices y me regalaron velos y yo lloraba como un bebé. Y esto pasó el 28 de marzo de 2010 alhamdulillah (Gracias a Allah).
A la semana le rezaba a Allah porque me dejara conocer a un buen hombre y me casara con él, y ahí estaba el rostro de mi mejor amigo árabe quien a las 2 semanas me propuso casarnos y así fue y fui la mujer más feliz del mundo por casarme con mi mejor amigo y la persona que me ayudó a atestiguar que no hay Dios digno de adoración más que Allah y que Muhammad es su siervo y mensajero. Lo que yo no sabía es que ese compromiso de matrimonio con su prima no estaba roto y lo descubriría poco después. Yo tuve que regresar a mi país de origen en Latinoamérica y mi entonces esposo se quedó en el país de Norteamérica donde nos conocimos y me percaté que él había empezado a beber y a salir a fiestas y dejar mujeres en la casa. Solo Allah sabe que pasó ahí. A los cuatro meses mi esposo vino a mi ciudad y otra vez me sentía completa y plena pero él… él era otro, bebía, fumaba, dejó el salat (oración) y yo lo seguí y empecé a trabajar. A pesar de tener dinero sentía que mis hombros pesaban por no hacer el salat (oración) y que mi esposo estaba raro y un día me vino con el comentario que yo no era virgen y que se había enterado de lo que pasó antes de que lo conociera. Y yo no sabía que si Allah perdona, mi esposo no tenía derecho de humillarme y que todo lo que pasó antes de mi shahadah, antes de ser musulmana, Allah ya me lo había perdonado y borrado. Encontré tantas mentiras que él había hecho y la peor, vivimos con mi familia por 4 meses y entonces él se regresó a su país de origen y desapareció un mes diciéndome que no podía olvidar que yo hubiera sido novia de otra persona, que él podía encontrar miles de vírgenes y terminó por decir que no podría estar más a mi lado porque no tendría una vida feliz y tranquila. Rompí en shock y me refugié en Allah día y noche, no dormía ni comía bien, yo me había casado para siempre por la ley de Allah. Tiempo después mandé cartas a sus familiares y los testigos de la boda para que me ayudaran a saber qué pasó pero nadie ayudó. Le mandé un correo pidiéndole que me explicara qué pasó y sólo dijo que no estaría más conmigo y que me iba a divorciar luego de hablar conmigo a lo cual, hasta el día de hoy no lo ha hecho. Apenas enteré a mis padres de que sí estábamos casados por el Islam porque al principio ellos tenían dudas y mi esposo sólo presentó a su familia con la mía por skype (servicio de mensajería instantánea y llamada) y yo no comprendí por qué no hizo las cosas bien. Hace poco encontré una conversación en la que su prima y comprometida le había escrito y le pidió perdón, por lo cual pues el destino ya estaba decidido para ambos y Allah sabe más.
Alhamdulillah (Alabado sea Allah) aunque ahora no trabajo me mantengo al paso de los días leyendo, ayudando en los labores del hogar, planeo inshaallah (si Allah quiere) trabajar dando masajes, lo cual es mi pasión y mi fe se motiva al escuchar los Jutbah (sermón) de los viernes en la masjid (mezquita). Olvidé decirles que hace unos meses tuve el apoyo de mis padres para viajar junto con mis abuelos a otro país de Norteamérica pues me vieron sumamente deprimida. Poco a poco me pasé las noches leyendo el Sagrado Corán y Alhamdulillah (Alabado sea Allah) unas noches tuve sueños reveladores, otros tantos soñé a nuestro Profeta sallallahu alayhi wasallam (la paz y las bendiciones de Allah sean con él), y un día después de ver a mi abuelo sufriendo, antes de acostarse a dormir le leí las suras (capítulos del Corán) más cortas y me preguntó por el infierno y el cielo, la muerte y le relaté la historia del Puente del sirat por el cual todos pasaremos. SubhanAllah (Glorificado sea Allah), mi abuelo entonces tomó su Shahadah (Testificación de fe) y mi corazón latió como nunca en mucho tiempo de más plena y pura felicidad y me abalancé sobre él llorando y me dijo: “gracias me hiciste feliz”. Así que, Allah sabe mejor, sólo Allah sabe por qué estoy en este camino y por que las cosas fueron así pero Alabado sea Allah…. espero mi historia sirva para todas y todos aquellos que sientan que están perdidos, sí que lo estamos hasta no ser humildes y enfrentar que realmente no somos más que lo que Dios nos ha dado. Estoy y me siento en casa, en la mejor religión y espero inshaallah (si Allah quiere) tener una familia e hijos y mis familiares sigan el Islam y seguir en el camino del din (religión/estilo de vida) Islam hasta la muerte …amin!