Assalamu alaikum (La paz sea con ustedes)
Me llamo Adriana Benjumea y esta es mi historia:
Nunca estuve contenta con la iglesia católica, de hecho no entendía cómo si Jesús decía: “yo no soy Dios”, la gente lo adorara y no entendía cómo si amas tanto a alguien lo veneres crucificado y este es el caso de Jesús.
No entendía cómo la virgen María y Jesús eran vistos como seres celestiales y no simplemente como humanos corrientes y normales que cumplieron con sus propósitos divinos encomendado por Dios. Nunca estuve de acuerdo con todas las fiestas alrededor de la virgen María y eso de ponerle un nombre y un vestido de acuerdo al país o al idioma.
No entendía por qué había que llorar tanto a un muerto si somos “hijos de Dios” y Él marca nuestro destino y el no aceptar la muerte de alguien es como aceptar que Dios no es dueño de nuestro destino.
Nunca entendía cómo si la semana santa era para guardar respeto por lo que supuestamente fue el “sufrimiento de Jesús” en sus últimos días, las discotecas estaban a reventar y la gente tomaba esas fiestas -por lo menos en mi país- para irse de vacaciones.
No entendía cómo si alguien “ya había pagado por mis pecados” aún existiera el pecado en mi religión y no entendía cómo hacían licitas cosas ilícitas sólo por no perder seguidores.
Nunca entendí por qué existían lo curas y por qué decían que todos éramos “frutos del pecado de nuestros padres” si el acto de amor dentro de un matrimonio es un acto aceptado por Dios, y eso de que Eva cargara con toda la culpa cuando en realidad ambos fueron perdonados, eso tenía que pasar y así lo quiso Dios. No entendía la figura de las monjas y de los curas a quienes los hacen renunciar a sus deseos normales como si el matrimonio fuera un pecado, ¿por qué pagar votos de castidad? esa respuesta siempre estará vagando en mi mente, ¿en qué lugar dice eso en la biblia?
Respetaba la figura del Papa, pero no entendía cómo la gente se moría de hambre y este Señor vivía en un país muy rico y lucía coronas de oro cuando Dios dice que no debemos ataviarnos con cosas materiales.
Pero lo que más me llamó la atención es que la biblia manda a sus mujeres a cubrir su cabeza para entrar en oración y las mujeres cada vez van más desnudas a la misa.
Bueno, y para no hacer más larga la lista, me parecía que las otras religiones eran un tanto peor en el caso de los evangélicos que adoran a un ser humano y ¡le llaman pastor! ¿qué es esto?, ¿pastor?, ¿quién lo nombro pastor?, ¿los hombres o Dios? entonces esas iglesias llenas de fanatismo e idolatría me llenaron de miedo sobre todo cuando llegué a los Estados Unidos y me encontré con las mil religiones y las mil caras de las personas porque acá en medio de tu soledad, todos quieren sacar provecho de tus debilidades y por esos días, comencé a leer un libro que se llama “Lo que toda mujer debe saber” y este libro habla de la diferencia entre las mujeres judías, católicas y musulmanas y dije: “¡ésta es la religión que yo necesito!, una religión que garantice mis derechos, una religión en la que sólo alabe, pida, y ore a mi Señor, a Dios sin intermediarios, y en la que pueda ver a Jesús como profeta y a María como una mujer que cumplió con un propósito divino, una religión que me lleve a sentir gozo al orar 5 veces al día y que en cada oración me sienta más cerquita de mi Creador, una religión que garantice que mi hija -que tiene 4 años- tendrá valores reales y cuidará de su vida como un tesoro y que mis dos nenes -que tienen casi 14 y 7- sepan respetar y valorar a una mujer como a ellos mismos sin ver las cosas anormales que ocurren a nuestro alrededor como cosas normales inshallah (si Allah quiere).
Como estilo de vida, el Islam es lo mejor que he podido encontrar porque damos gracias por todo lo bueno, lo malo, lo que nos gusta, lo que nos disgusta. Como madre puedo tener la certeza de que es la mejor educación que le estoy dando a mis hijos basada en el Corán y la Sunnah (ejemplo, práctica del Profeta –sallallahu allayhi wasallam, la paz sea y las bendiciones de Allah sean con él-) y en mi casa, con nuestra nueva vida, sentimos que dar gracias por todo a Dios ya hace parte de nuestro diario vivir.
Antes, en la religión católica, todo era muy efímero y circunstancial, hasta la misa de los domingos era circunstancial porque si estábamos de buenas, no íbamos a dar gracias pero si estábamos en la mala, de seguro de allá no salíamos y de veras digo circunstancial porque hasta un bautismo lo convierten en borrachera y comelona como dicen en mi país.
En todo caso desde que soy musulmana, ya no estoy atada a la moda ni a vestirme para los demás, errores que normalmente comenten las mujeres de otras religiones, ahora me visto para agradar a Dios, al ser musulmana deje de lado muchas ataduras y hoy mi vida es muy liviana y feliz por primera vez en mi vida no me importa lo que los demás piensan de mí, siempre y cuando lo que haga agrade a Dios. El año pasado fue mi primer ramadán y podría decir que todo estuvo muy bien y para este año ya tengo más experiencia y sé que todo saldrá aún mejor inshallah.
Muchas personas cercanas me han criticado porque no entienden que el Islam no tiene nada que ver con nacionalidad o idioma, el Islam tiene que ver con ser sumisos a Dios y ahora soy feliz y encuentro mucho sentido a que lo bueno y lo malo en mi vida pasa siempre de acuerdo al propósito divino de Dios y en base a eso manejo y vivo mi vida sin importar si a los demás les agrada o no, ya no soy presa de la tristeza absoluta ni de la felicidad desbordada, sé dar gracias, sé pedir perdón y sobre todo sé acordarme de mi Creador aún en mis peores momentos.
Soy de Barranquilla, una ciudad muy fiestera de Colombia -y seguro en lo que menos piensa una joven de allá es en convertirse al Islam, pero vieran ustedes como está creciendo la comunidad-. Yo vivo en Dallas, Estados Unidos y ver cómo crece el Islam en mi ciudad natal me hace feliz así como en la comunidad anglosajona y latina de los EEUU. Todo esto me llena de optimismo y de más ganas de hacer las cosas bien porque cada día son más los elegidos y haber sido de esos elegidos es algo que no puedo pasar por alto.
Tomé mi Shahadah (Testificación de fe) en Houston, Texas, el 13 de junio del 2009 en medio de la comunidad hispana y ese día volví a nacer, ese día de veras encontré sentido a mi misión y aunque me critiquen y se saquen conceptos errados del Islam alrededor mío, yo sigo con pie firme en mi propósito de ayudar a más musulmanas a entender nuestra religión y a las no musulmanas a que cuenten conmigo si quieren entrar. Actualmente tengo 34 años y estoy trabajando en un libro que se basa en mi vida dentro del Islam y en la construcción de una página web dirigida al público hispano-musulmán y a aquellas personas que estén interesadas en abrazar a esta religión de paz , armonía y sobre todo de justicia. También va dirigida a todos aquellos que creen que en EEUU, el Islam es “enemigo del país” y desde mi punto de vista de latina conversa al Islam, les haga entender que los enemigos de este país son otros muy lejanos al Islam porque por un pequeño porcentaje no podemos pagar nosotros, y ésta es otra cosa que me gusta del Islam, porque en la religión católica te dicen que pagaran justos por pecadores pero el Islam dice que cada quien e individualmente dará razón de lo bueno y lo malo que hizo, y que nadie podrá interceder en la salvación de alguien, pues solamente Dios salva.
Uso hijab (vestimenta islámica) desde el primer momento de mi conversión y es la manera de diferenciarme de las demás que dicen temer a Dios en sus corazones pero no se cubren, me cubro porque al cubrirme, doy gusto a Dios y me protejo de las banalidades del mundo, me protejo de las miradas inadecuadas de los hombres, mi velo me protege de la tentación y le doy ejemplo a mis hijos.
Esta es mi historia de por qué abracé el Islam y por qué soy defensora del Islam y Hijab.