Khadijah radiyallahu anha (que Allah esté complacido con ella) era hija de Khuwaylid bin Asad, un gran líder en la tribu de los Quraish y hombre próspero de negocios, por lo que ella radiyallahu anha creció entre lujos. En sus primeros 2 matrimonios procreó 3 hijos: Halah y Hind en el primero y Hindah en el segundo, pero en ambas uniones enviudó joven por lo que se dedicó a la crianza de sus hijos y al crecimiento de los negocios que había heredado. Khadijah radiyallahu anha conocía sobre la honestidad y buenos principios de Muhammad sallallahu allayhi wasallam (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) por lo que le ofreció ser su representante en un viaje de comercio hacia Sham, al que fue acompañado de un joven llamado Maisarah. A su regreso, Maisarah le contó a Khadijah radiyallahu anha acerca del brillante desenvolvimiento de Muhammad sallallahu allayhi wasallam, lo cual la dejó tan impresionada que vio en Muhammad sallallahu allayhi wasallam un excelente esposo para ella radiyallahu anha –a pesar que ya había recibido muchas proposiciones de los hombres de las familias más nobles de los Quraish a los que había rechazado- por lo que a través de su amiga Nafisah expresó su interés en casarlo, a lo cual él sallallahu allayhi wasallam aceptó. En ese momento, él sallallahu allayhi wasallam tenía 25 años y ell radiyallahu anha 40. Al matrimonio fue especialmente invitada Halima -quien fue nodriza de Muhammad sallallahu allayhi wasallam- y Khadijah radiyallahu anha le regaló enseres domésticos, 1 camello y 40 cabras en gratitud por haber cuidado de Muhammad sallallahu allayhi wasallam en su infancia. Tuvieron 6 hijos: 2 varones, Qasim y Abdullah, y 4 mujeres, Zainab, Ruqayyah, Umm Kulthum y Fátima radiyallahu anhum ajmaeen (que Allah esté complacido con todos ellos). Muhammad sallallahu allayhi wasallam solía retirarse a reflexionar en el monte Hira, de repente, una noche él apareció de regreso temblando de temor y pidiéndole a Khadijah radiyallahu anha que lo cubriera. Khadijah radiyallahu anha se preocupó al verlo en tal estado, lo cubrió y le preguntó qué había pasado, Muhammad sallallahu allayhi wasallam le relató cómo un ser majestuoso que nunca había visto (Jibril-el ángel Gabriel-) se le apareció de repente en la montaña y le había pedido que lea. En ese momento, Muhammad sallallahu allayhi wasallam no sabía que este acontecimiento sería el comienzo de la revelación coránica, temía estar loco o poseído, pero Khadijah radiyallahu anha tranquilizó a su esposo con estas palabras: “No te preocupes, por El que tiene el dominio sobre el alma de Khadijah, espero que seas el profeta de esta nación. Allah nunca te humillará porque eres bueno con los parientes, haces lo que dices que vas a hacer, ayudas a los necesitados, apoyas a los débiles, alimentas a tu huésped y contestas el llamado de los que están desamparados”, entonces lo llevó donde su primo Waraqah ibn Nawfal quien manifestó a Muhammad sallallahu allayhi wasallam que él sería el Profeta de Allah que se había anunciado en las escrituras (la Torah y el Injil). Khadijah radiyallahu anha, a sus 55 años, fue la primera persona que hizo shahadah (testificación de fe) testificando que no hay Dios sino Allah y que Mummahad es su Mensajero. En los años siguientes, los Quraish trataron por todas las formas de detener la misión del Profeta sallallahu allayhi wasallam y Khadijah radiyallahu anha fue un gran consuelo y apoyo, no solo para su esposo sino también para el Islam, ya que gastó su riqueza ayudando en la causa de Allah. Después de 7 años de la revelación y al ver que nada paraba el crecimiento del Islam, los Quraish decidieron hacer un boicot a los musulmanes que duró 3 años, en los cuales los seguidores del Islam pasaron hambre, frío, calor y pobreza. Sin embargo, Khadijah radiyallahu anha, quien había crecido en lujos y riqueza, enfrentó las dificultades económicas con paciencia y valor. La nobleza del carácter de Khadijah radiyallahu anha complacía tanto a Allah, que Él le mandó su salam (saludo de paz) con Jibril (ángel Gabriel) e incluso se le anunció que le esperaba un palacio de joyas en el Jannah (paraíso). A la edad de 65 años, Khadijah radiyallahu anha murió, después de haber compartido 25 años de matrimonio con el Profeta sallallahu allayhi wasallam, sin embargo, él sallallahu allayhi wasallam siempre la mantuvo presente dentro de su corazón. Cuando hablaba de ella, lo hacía detalladamente mencionando sus cualidades y pidiendo perdón para ella; también, cuando recibía algún regalo, lo mandaba a quienes fueron amigas o parientes de Khadijah radiyallahu anha, igual hacía con la comida. Khadijah radiyallahu anha fue un gran ejemplo de esposa, madre y musulmana para todas nosotras. Dijo el Profeta sallallahu allayhi wasallam:
“Ella creyó en mí cuando nadie más creía, ella aceptó el Islam cuando la gente me rechazó, y ella me ayudó y consoló cuando nadie más quería ayudarme.”
Fuente:
Artículo "Khadijah bint Khawaylid"
Libro:
Great Women of Islam
Autor:
Mahmood Ahmad Ghadhanfar
Traducido del árabe al inglés por:
Jamila Muhammad Qawi
Revisado por:
Sheikh Safiur-Rahman Al-Mubarakpuri
Editado por:
Muhammad Ayub Sapra
Muhammad Farooq
© Darussalam
Resumen y Traducción del inglés al español por:
Este artículo es una versión breve del artículo original, este resumen ha sido realizado y a la vez traducido del inglés al español por "Islam Para La Mujer Hispanohablante".