2 dic 2011

Umm Aiman bint Tha'labah


Su nombre real era Barakah bint Tha’labah, pero ella fue conocida por el nombre de su hijo Aiman, Umm Aiman, radiyallahu anha (que Allah esté complacido con ella).  Ella fue la mujer que desempeñó el rol de madre y cuidó del joven niño, Muhammad, sallallahu alayhi wasallam (la paz y las bendiciones de Allah sean con él), cuando su madre, Aminah bint Wahab, murió mientras viajaba de Makkah (Meca) a Al-Madinah (Medina).  El Profeta, sallallahu alayhi wasallam, solía referirse a ella como “madre” y dijo que ella, radiyallahu anha, iría al Paraíso.  Era una dama que era como un miembro de la familia del Profeta, sallallahu alayhi wasallam.  Cuando la esposa del Profeta, Khadijah, radiyallahu anha, murió, fue Umm Aiman, radiyallahu anha, quien preparó su cuerpo para el funeral, también lo hizo cuando murió la hija del Profeta, Zainab, radiyallahu anha, con la ayuda de Saudah, radiyallahu anha, y Umm Salama, radiyallahu anha, las madres de los creyentes. 
Umm Aiman, radiyallahu anha, tomó parte de las batallas de Uhud, Khaiber y Hunain.  Tuvo la distinción de emigrar dos veces, una a Abisinia y la otra a Al Madinah.  Ella, radiyallahu anha, había sido esclava del padre del Profeta, Abdullah bin Abdul Muttalib, era originalmente de Abisinia.  Cuando el profeta Muhammad, sallallahu alayhi wasallam, tenía 6 años, su madre Aminah decidió llevarlo a Yathrib a conocer a sus abuelos, la esclava, Barakah bint Thu’labah también los acompañaba, sin embargo, mientras viajaban, cuando alcanzaron Abwa’, Aminah, madre del profeta Muhammad, sallallahu alayhi wasallam, de repente enfermó y murió, así que la enterraron ahí.  Barakah bint Tha’labah consoló al pequeño niño Muhammad, y trató de llenar el vacío de su madre.  Cuando el Profeta, sallallahu alayhi wasallam, creció y se convirtió en un joven hombre, la liberó y casó a Obaid bin Zaid Khazarji.  Cuando Umm Aiman, radiyallahu anha, aceptó el Islam, las diferencias surgieron entre ellos.    Él no quiso aceptar a  Allah  y a Su Mensajero, así que se separaron.  De su primer esposo, Obaid, tuvo su hijo, Aiman.  Así se volvió conocida como Umm Aiman.  Su hijo Aiman fue un prominente sahabi (compañero del Profeta), que murió mártir en la batalla de Hunain.   
El Profeta, sallallahu alayhi wasallam, conocía del carácter ejemplar, los nobles modales y la pureza del corazón de Umm Aiman, radiyallahu anha, así que dijo: “Quien quiera casarse con una mujer del Paraíso, debería casarse con Umm Aiman, radiyallahu anha.”  Cuando Zaid bin Harithah, radiyallahu anhu (que Allah esté complacido con él), oyó esto, desarrolló gusto por ella basado en su carácter, no en su apariencia, y estaba muy feliz de casarse con ella, así su segundo matrimonio fue con Zaid bin Harithah, radiyallahu anhu, quien fuera un general del ejército musulmán y muriera mártir en la batalla de Mu’tah.  Ellos tuvieron un hijo, Usamah bin Zaid, radiyallahu anhu, también era querido por el Profeta, sallallahu alayhi wasallam, fue también otro gran general del ejército musulmán.
El Profeta, sallallahu alayhi wasallam, tenía un gran respeto hacia Umm Aiman, radiyallahu anha, y se refería a ella como su madre, a veces debido a su naturaleza, ella se volvía insistente y obstinada, sin embargo, el Profeta, sallallahu alayhi wasallam, entonces era muy respetuoso y paciente y trataba de complacerla. 
Anas bin Malik, radiyallahu anhu, dice que el Ansar de Al- Madinah dio sus huertos a el Profeta, sallallahu alayhi wasallam; él en devolución los distribuyó entre los Muhajirs (migrantes) de Makkah. Cuando los musulmanes triunfaron sobre Banu Quraidhah y Banu Nadheer, el Profeta, sallallahu alayhi wasallam, empezó devolviendo sus propiedades a los generosos dueños Ansar. Anas bin Malik, radiyallahu anhu, relata que cuando él tomó devuelta sus huertos de Umm Aiman, radiyallahu anha, ella se rehusó rotundamente. Por otro lado, ella ató una ropa a su cuello, lo sacudió y dijo que estaba fuera de consulta, que ella no le regresaría los huertos a él de todas maneras. Cuando el Profeta, sallallahu alayhi wasallam, vio esto él trató de persuadirla de que devuelva los huertos.   Le dijo que podría darle algo del mismo valor a cambio, pero ella no estaba de acuerdo. Luego le ofreció algo del doble de valor; ella se rehusó. Luego él fue a ofrecerle tres veces el valor y así. Al final, le ofreció algo diez veces el valor de los huertos, y ella finalmente estuvo de acuerdo. Y Anas bin Malik, radiyallahu anhu, tuvo devuelta sus huertos de dátiles.  El Profeta, sallallahu alayhi wasallam, a menudo la visitaba. Tan pronto como él la vio él diría que ella era un recordatorio de su familia y que ella era su madre quién merecía respeto. 
Aishah, radiyallahu anha, narró que una día cuando todos ellos estaban sentados juntos, el Profeta, salallahu alayhi wasallam, bebió algo de agua. Umm Aiman, radiyallahu anha, le pidió ir por algo de agua para ella también.  Aishah, radiyallahu anha, le preguntó en un tono bastante sorprendido si ella le estaba pidiendo al Mensajero de Allah, sallallahu alayhi wasallam, conseguir algo de agua para ella. Ella dijo: “¿Por qué no? Yo le he servido a él a menudo.” Él fue por la agua para ella y se la ofreció con muy respetuosos modales.
Anas bin Malik, radiyallahu anhu, narró que él visitaba algunas veces a Umm Aiman, radiyallahu anha, con el Profeta, sallallahu alayhi wasallam.  Ella expresaba gran agrado a su llegada y servía deliciosa comida y bebidas. Si el Profeta, sallallahu alayhi wasallam, se rehusaba a tomar parte de esto por alguna razón, ella se molestaba y ofendía. Le preguntaba por qué no comió o bebió. El Profeta, sallallahu alayhi wasallam, le sonreiría al ponerse molesta de esta manera. Algunas veces esto pasaba porque él estaba ayunando.
Anas bin Malik, radiyallahu anhu, dijo que un día, ella empezó a amasar la masa para hacer algo de pan. Él le pregunto qué estaba haciendo. Ella respondió que estaba haciendo algo de pan para él como era la costumbre de su país, Etiopía. Usamah, radiyallahu anhu, se parecía a su madre en vez que a su padre. Entonces los hipócritas solían burlarse, diciendo que él no era realmente el dijo de Zaid bin Haritah, radiyallahu anhu. Esto solía molestar al Profeta, sallallahu alayhi wasallam, mucho. Aishah, radiyallahu anha, dijo que una vez, el Profeta,   sallallahu alayhi wasallam,   entró a la casa luciendo muy feliz y sonriendo.   Ella le preguntó si había alguna razón especial para esto. Él le respondió que algo extraño había pasado. Él dijo que Zaid bin Harithah y Usamah, radiyallahu anhum (que Allah esté complacido con ellos) estaba dormidos con sus caras cubiertas, pero sus pies podían ser vistos por debajo de las sábanas. Majzaz Madalji, un experto en fisionomía los vio dormidos y dijo: "Viendo a la estructura del hueso del pie: Parece que padre e hijo están durmiendo." El Profeta, sallallahu alayhi wasallam, dijo que estaba muy complacido de oír eso.
Bajo la guía del Profeta, sallallahu alayhi wasallam, Umm Aiman, radiyallahu anha, jugó un rol importante en el Yihad, participó activamente en varias batallas. En la batalla de Uhud cuidó de los heridos y proveyó agua a los sedientos Muyahidin en el campo de batalla. En la batalla de Khaiber ella era una de las veinte mujeres que pelearon contra el enemigo.   En la batalla de Hunain, su hijo Aiman, radiyallahu anhu, murió mártir.  Umm Aiman, radiyallahu anha, perdió a su hijo Aiman, radiyallahu anhu, en esta batalla, pero ella era un rol modelo en paciencia y aceptación de la Voluntad de Allah.
Durante la batalla de Mu’tah, Zaid bin Harithah, radiyallahu anhu, fue designado General de la armada Musulmana y murió mártir. Umm Aiman, radiyallahu anha, llevó el dolor de la pérdida de su esposo con gran fortaleza y le pidió a su hijo, Usamah, radiyallahu anhu,  también llevar la pérdida de su padre con coraje.
Umm Aiman, radiyallahu anha, algunas veces pronunciaba algunas palabras en el dialecto Etíope. Cuando el Profeta, sallallahu alayhi wasallam, oía su pronunciación de ciertas palabras él sólo sonreía placenteramente y la corregía. Ella no decía Assalam-u-alaikum e invariablemente decía Assalam la Alaikum. Él le dijo gentilmente un día que sólo diga Salam, ya que el significado se volvía lo opuesto en la manera que ella lo decía. En la misma manera ella pronunciaba mal ciertas expresiones en las súplicas a Allah, subhana wa ta’ala (Glorificado y Exaltado sea); entonces él, sallallahu alayhi wasallam, le dijo que se mantenga en silencio.
Ella era una persona muy honrada con absolutamente nada de malicia; era de corazón blando, sincera y simpática. En el regreso de la Batalla de Bani Mustalaq cuando los hipócritas extendían chismes difamatorios respecto al carácter de Aishah, radiyallahu anha, ella respondió sin vacilar por la pureza de su carácter. Esto la hizo querida y aumentó su valía en los ojos de Aishah, radiyallahu anha. Está grabado en libros de historia que Aishah, radiyallahu anha, dijo acerca de Umm Aiman, radiyallahu anha: “Mis ojos y mis oídos tienen la mejor impresión de ella.”
El Profeta, sallallahu alayhi wasallam, preparó una armada para aplastar el poder y la fuerza de los Romanos en Palestina; Usamah bin Zain bin Harithah, radiyallahu anhu, fue designado General de la armada. Algunos de los Muyahidin no estaban felices con este nombramiento. Pero el Profeta, sallallahu alayhi wasallam, continuó muy firme acerca de su decisión y dijo que Usamah bin Zaid, radiyallahu anhu, conservaría la posición que él se merecía. Envió por Usamah bin Zaid, radiyallahu anhu, y le dijo que empezara su viaje en el Nombre de Allah. La armada había alcanzada difícilmente Jaraf cerca a Al-Madinah cuando Umm Aiman, radiyallahu anha, envió un mensaje para decir que el Profeta, sallallahu alayhi wasallam, estaba muy enfermo. La armada paró y acampó en Jaraf. Cuando Usamah, radiyallahu anhu, llegó a Al-Madinah, el Profeta, sallallahu alayhi wasallam, falleció. Parecía que Umm Aiman, radiyallahu anha, no podía soportar esta pena.
Involuntariamente, sumergida en el dolor, ella rompió en lágrimas. Las personas fueron tomadas por sorpresa total; ellos nunca habían oído algo como eso antes. Ella lo había cuidado en su niñez y sostenido en sus brazos; lo había visto crecer como un buen joven – un joven quien luego vistió el manto de Profeta de Allah. Ella lo vio como un joven novio, cuando se casó con Khadijah, radiyallahu anha.  Ella también fue sometida a las torturas  y crueldades infligidas por el Quraish y los politeístas de Makkah en contra de él y los nuevos convertidos. Ella experimentó los días cuando Makkah era como el Día del Juicio Final. Ella vio esos días históricos cuando él comandó el nuevo fundado estado Islámico Musulmán. Y lo mejor de todo, ella, vio las milagrosas revelaciones del resplandor de Allah. Todas las hojas de oro de su vida parecieron pasar ante sus ojos.
Unos días después de la muerte del Profeta, sallallahu alayhi wasallam, Abu Bakr Siddique y Umar Farooq, radiyallahu anhum, fueron a visitar a Umm Aiman, radiyallahu anha, para consolarse con ella. Ella empezó a llorar recordando al Profeta, sallallahu alayhi wasallam. Ellos preguntaron por qué ella estaba llorando aunque ella sabía muy bien que él estaba en un mundo lejano mejor que este con Allah, subhana wa ta’ala. Ella dijo que aunque ella efectivamente sabía esto, ella estaba llorando porque las revelaciones de Allah, subhana wa ta’ala han llegado a su fin con su partida. Escuchando esto ellos también empezaron a llorar.
Ella cuidó del Profeta, sallallahu alayhi wasallam, desde su niñez y le dio un amor y cuidado de madre después de la muerte de Aminah bint Wahab. El Profeta, sallallahu alayhi wasallam, la amó y consideró mucho; sus Compañeros también la trataron con gran respeto.
Sahih Muslim registró que Umm Aiman, radiyallahu anha, murió sólo seis meses después del fallecimiento del Profeta, sallallahu alayhi wasallam. Pero algunos otros están en desacuerdo y dicen que murió durante el califato de Uthman bin Affan, radiyallahu anhu. Ella vivió hasta una edad madura.



Fuente:
Artículo "Umm Aiman bint Tha'labah" 
Libro:
Great Women of Islam
Autor:
Mahmood Ahmad Ghadhanfar
Traducido del árabe al inglés por:
Jamila Muhammad Qawi
Revisado por:
Sheikh Safiur-Rahman Al-Mubarakpuri 
Editado por:
Muhammad Ayub Sapra
Muhammad Farooq
Publicado en:
Copyright:
© Darussalam 
Traducción del inglés al español por:
Madelaine Bustamante
Resumen por:  
Este artículo es una versión breve del artículo original, este resumen ha sido realizado y a la vez traducido del inglés al español por "Islam Para La Mujer Hispanohablante".