La poligamia constituye uno de los temas más polémicos que ha sido blanco de muchos ataques, sin embargo, como ya quedara claro en un artículo anterior, la poligamia no es un invento del Islam sino que ha estado presente a lo largo de la historia y ha sido practicado tanto por personas comunes y corrientes de diferentes culturas como por profetas aceptados tanto en el Judaísmo, como en el Cristianismo y en el Islam. Sin embargo fue solamente en el Islam que se reguló la práctica de la poligamia.
Debemos tener en claro que la poligamia en el Islam no es una obligación, sino solamente un permiso, esto quiere decir que no todos los musulmanes la practican, es más, el porcentaje de musulmanes en el mundo que practican la poligamia es muy bajo, algunos datos indican que menos del 5%, otros datos indican que es menos del 2% y otros incluso la ubican en menos del 1%.
Hay muchas personas que piensan que automáticamente por ser musulmanes ya están obligados a vivir la poligamia, esto es un gran error, aunque la poligamia está permitida en el Islam, eso no significa que todos los musulmanes deberán vivir este tipo de situación, ya que la poligamia, en general, puede resultar muy complicada de practicar, tanto para mujeres (por los sentimientos de celos) como para los hombres (por la dificultad de tratar equitativamente a más de una esposa). Por ello, quienes decidan vivir una situación de poligamia, deberán, en el caso de los hombres, asegurarse de tener toda la capacidad económica para mantener a cada esposa por igual y darles un trato totalmente equitativo y justo a cada una de ellas. Asimismo, las mujeres que decidan vivir en este tipo de matrimonio plural deberán estar conscientes de que si toman la decisión de ser una segunda, tercera o cuarta esposa, deben aceptar entonces que su esposo tiene también iguales responsabilidades con sus otras esposas y evitar en la medida de lo posible, celos y discordias por este motivo, ya que cada una de ellas tiene exactamente los mismos derechos como esposas.
La clave entonces es saber ¿quiénes tienen entre sus planes o están dispuestos a sobrellevar un matrimonio plural y quiénes no? Y la respuesta se puede conseguir de manera muy simple, desde antes la etapa previa a casarse hay preguntas prematrimoniales que la pareja puede hacerse para ver si tienen compatibilidad y afinidad en temas importantes para su futura convivencia matrimonial, entre estos temas es importante incluir la pregunta de la poligamia y en respuesta se dan tres situaciones: 1) si el futuro esposo y la futura esposa están de acuerdo en sobrellevar posteriormente una situación de poligamia entonces se trata de una pareja que puede conscientemente lidiar con una situación así; 2) si por el contrario ambos mencionan que no desean practicar ni vivir una situación de poligamia entonces es un acuerdo válido que les evitará inconvenientes de este tipo en el futuro pues ya quedó acordado que no lo harían; y 3) si uno de ellos quiere practicar la poligamia pero la otra parte no quiere entonces hay un desacuerdo muy crucial que les indicará que es mejor no casarse el uno con el otro, ya que no llegar a un acuerdo sobre un tema tan importante como este puede traer grandes complicaciones en el desarrollo de su futura vida matrimonial, será preferible que busquen alguien con quien sí puedan llegar a un acuerdo al respecto.
Algunas mujeres pueden sin problema vivir un matrimonio plural y otras no, asimismo hay hombres que sí pueden practicar la poligamia y otros que no. Si hay el caso de un hombre que sí contempla practicar la poligamia en el futuro, entonces lo más apropiado es que se case con mujeres que sí puedan vivir este tipo de situaciones, pues el casar una segunda, tercera o cuarta esposa no debe hacerse en detrimento de su o sus matrimonios previos. El problema es que muchas parejas se casan sin hablar ni acordar antes este tipo de temas lo cual después trae grandes discordias. Si una pareja va a casarse, es importante que lleguen a acuerdos en temas tan básicos e importantes como este, pues el permiso de la poligamia en el Islam no se dio con la finalidad de perjudicar a nadie sino todo lo contrario, es más, por poner un ejemplo, en la historia del Islam, uno de los beneficios que se obtuvo de la poligamia fue el dar protección a las mujeres y a los huérfanos que quedaron desamparados luego de perder a sus esposos y padres en conflictos bélicos.
Es importante aclarar también que practicar la poligamia no es igual a cometer adulterio, son cosas totalmente distintas, mientras la poligamia sí está permitida en el Islam, el adulterio está totalmente prohibido para el esposo y la esposa, es un pecado mayor. Sin embargo, muchas personas piensan erróneamente que quien practica la poligamia está cometiendo adulterio. El adulterio se define como: “Relación sexual entre una persona casada y otra que no sea su cónyuge legal.” La definición del adulterio nos muestra que es algo totalmente diferente a la poligamia. Cuando un hombre desea practicar la poligamia en el Islam, simplemente presenta su propuesta de matrimonio al wali (tutor islámico) de la mujer con la que desea casarse, si ella acepta la propuesta entonces se puede realizar el casamiento, previo al casamiento islámico no puede en absoluto haber ningún tipo de contacto físico entre los futuros esposos, solamente pueden hablar con la finalidad de tener entrevistas si lo consideran necesario con fines de conocerse pero siempre bajo los parámetros islámicos, es decir sin haber miradas ni conversaciones inapropiadas, ninguna especie de contacto físico y deben contar con la supervisión de una persona mahram (aquellos con los que tenemos vínculos consanguíneos o de afiliación que no pueden casarnos) de la mujer pues nunca pueden estar solos, así que siendo estas las condiciones en la que se relacionan los futuros esposos, es obviamente imposible que se dé una situación de adulterio ni de palabra ni de carne, el contacto físico solamente será lícito una vez casados islámicamente.
En conclusión, la poligamia es un permiso, no una obligación, es una relación lícita, no constituye adulterio, más bien protege del adulterio, busca beneficiar a la sociedad y no perjudicarla. La clave está en que sea practicada por quienes pueden sobrellevarla (es decir quienes tengan las condiciones físicas y económicas para hacerlo y pueda proveer de un trato justo a todas sus esposas) y que se abstengan de practicarla aquellos que no pueden lidiar con ella (es decir aquellos que no puedan cumplir con los requisitos que conlleva y no tengan la capacidad ni física ni económica para hacerlo o teman no poder tratar justamente a cada una de sus esposas).
Por último, a modo de recordatorio, es importante mencionar que si bien es una elección personal de hombre y mujer tener un matrimonio plural si así lo desean y pueden hacerlo, aquellos que no puedan o prefieran abstenerse de practicar la poligamia por su propia decisión o acuerdo, no deben odiarla ni tomar una postura de oposición a ella en términos generales, pues, después de todo es algo que Allah ha permitido en ciertas circunstancias y encierra un beneficio para toda la comunidad cuando quienes la llevan a cabo lo hacen de acuerdo a las condiciones establecidas por Él.
Autoría del artículo:
Este artículo ha sido escrito por "Islam Para La Mujer Hispanohablante".