El Corán establece:
“Y entre Sus signos está el haberos creado esposas nacidas entre vosotros, para que os sirvan de quietud, y el haber suscitado entre vosotros el afecto y la bondad. Ciertamente, hay en ellos signos para gente que reflexiona.”
Surah Ar Rum 30 Ayah 21
El matrimonio es por tanto no sólo una necesidad física o emocional, es de hecho, ¡un signo de Allah! Es una relación de mutuos derechos y obligaciones basada en la guía divina. Allah creó a hombres y mujeres con naturalezas complementarias, y en el Corán, Él estableció un sistema de leyes para guiar la interacción armoniosa entre los sexos.
“…vuestras mujeres: son vestidura para vosotros y vosotros lo sois para ellas...”
Surah 2 Al-Baqarah 2 Ayah 187
La ropa provee protección física y cubre la belleza y las imperfecciones del cuerpo. Del mismo modo, los esposos son vistos de esta manera. Cada uno protege al otro, cubre sus fallas y complementa las características de su pareja.
Las esposas musulmanas tienen varios derechos:
· Recibir una dote, un regalo del esposo que es parte del contrato nupcial.
· El derecho a ser mantenida. A pesar de la riqueza que ella pueda tener, su esposo está obligado a proveerle comida, vivienda y vestido dentro de sus posibilidades.
· El derecho a ser tratada de la mejor manera y con afecto. El Profeta sallallahu allayhi wasallam mencionó en más de una ocasión que el buen trato a la esposa es propio de un verdadero creyente, así también en el Corán, Allah nos dice que Él puso amor, misericordia y tranquilidad entre los esposos.
· El derecho a la satisfacción de las necesidades de compañía así como de las necesidades sexuales. El matrimonio está diseñado para satisfacer dichas necesidades de una manera lícita evitando así caer en relaciones prohibidas.
Con los derechos que tiene la esposa vienen también sus responsabilidades:
El Corán establece:
“…Las mujeres virtuosas son devotas y cuidan, en ausencia de sus maridos, de lo que Allah manda que cuiden…”
Surah An Nisaá 4 Ayah 34
· Una esposa debe guardar los secretos de su esposo y proteger su privacidad marital. Cuestiones de la intimidad o defectos que puedan deshonrarle a él, no deben ser revelados por la esposa.
· Una esposa también debe guardar las propiedades de su esposo. Debe salvaguardar su hogar y posesiones, en la medida de sus posibilidades, del robo y el daño; administrar con prudencia los asuntos domésticos a fin de evitar pérdidas y desperdicios. No debe permitir la entrada a la casa a nadie que desagrade a su esposo, ni incurrir en ningún gasto que su esposo desapruebe.
· Una mujer musulmana debe cooperar y coordinar con su esposo siempre y cuando no se trate jamás de algún asunto que esté en contra de lo establecido por Allah.
Fuente:
Extractos del Artículo "Situación Económica de la Mujer Musulmana"
Autor:
Mary Ali y Anjum Ali
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