Sus mejillas estaban demacradas y hundidas y su piel ceñida a sus huesos. Sin embargo eso no la detenía. Tú nunca la podías encontrar sin que estuviera recitando el Corán. Siempre en vigilia en su cuarto personal de oración que nuestro padre había preparado para ella. Reverenciándose, postrándose, levantando sus manos en oración. Esa era la forma que ella estaba desde que amanecía hasta que anochecía. En cuanto a mí, sólo me gustaban las revistas de moda y las novelas. Siempre rentando videos para mi diversión hasta que esos viajes a la tienda de videos se convirtieron en mi sello característico. Como dicen, cuando algo se convierte en un hábito la gente tiende a distinguirte por ello. Era negligente en mis responsabilidades y la pereza caracterizaba mi Salat (oración). Una noche, apagué el video después de una maratón de tres horas seguidas mirando. El Adhan (llamado a la oración) suavemente se hacía escuchar en esa noche calmada. Me metí tranquilamente en mis cobijas. Su voz se escuchó desde su cuarto de oración. "¿Si? ¿Qué quieres Noorah?" dije. Con una aguja me saco de mis planes. "No te duermas sin que reces antes tu salat Fajr (la oración del alba)"."¡Agh...queda todavía una hora antes del Fajr. ¡Ese sólo fue el primer Adhan!" Con esos adorables pellizcos que solía dar, me llamaba junto a ella. Siempre fue así, aún cuando esa tremenda enfermedad golpeó su espíritu y la dejó postrada en cama. "¿Hanan, puedes venir y sentarte a mi lado?". Nunca podía rehusarme a ninguna de sus peticiones. Porque podías palpar la pureza y sinceridad. "¿Si, Norah?" "Por favor siéntate aquí". "Está bien, me siento. ¿Qué te preocupa?" Con esa vos tan dulce ella recitó:
"Toda alma probará la muerte. Y el Día del Levantamiento se os pagará cumplidamente la retribución que os corresponda..."
Surah Al Imran 3, Ayah 185
Se detuvo pensativa; luego preguntó. "¿crees en la muerte?" "Claro que sí". "¿Crees que serás responsable por lo que hagas, sin importar cuán grande o pequeño sea?" "Sí, pero Allah es Perdonador y Compasivo y tengo una larga vida esperándome". "Detente Hanan... ¿Es que no te da miedo la muerte y cómo puede llegar repentinamente? Acuérdate de Hind. Ella era más joven que tú pero ella murió en un accidente automovilístico, y de la misma manera se fueron fulano y mengano. La muerte te alcanza sin importar cuantos años tengas y la edad nunca podrá ser una medida de cuando morirás". La oscuridad del cuarto cubrió mi piel con el temor, "Temo a la oscuridad y ahora tú me haces tener miedo de la muerte. ¿Cómo piensas que ahora pueda irme a dormir? Noorah, pensé que habías prometido ir con nosotros durante las vacaciones de verano". De forma impactante, su voz se quebró y su corazón se estremeció. "Tal vez me vaya este año en un viaje largo Hanan, pero a otro lugar. Sólo tal vez. Toda nuestra vida está en las manos de Allah y todos nosotros Le pertenecemos". Mis ojos se llenaron de lágrimas y empezaron a deslizarse por ambas mejillas. Comencé a reflexionar en la enfermedad de mi hermana, en cómo los doctores habían informado a mi padre de forma privada de que no había muchas esperanzas que Noorah pudiera sobrevivir a la enfermedad, aunque esto no se le dijo a ella. ¿Quién pudo decírselo de forma indirecta?, o ¿Era que ella ya podía sentir la verdad? "¿En qué piensas Hanan?" Su voz era aguda. "¿Piensas que estoy diciendo estas cosas sólo porque estoy enferma? Uh-uh. De hecho, podría vivir mucho más que la gente que está sana. Y tu Hanan, ¿cuánto tiempo vas a vivir? ¿Veinte años tal vez?, ¿cuarenta? Y ¿luego qué?" A través de la oscuridad alcanzó mi mano y la apretó suavemente. "No existe diferencia entre nosotros; todos vamos a dejar esta vida para luego vivir en el Paraíso o agonizar en el infierno. Escucha las palabras de Allah:
"...Quien sea alejado del Fuego e introducido en el Jardín habrá triunfado..."
Surah Al Imran 3, Ayah 185
Aturdida salí de la habitación de mi hermana, sus palabras sonaban en mis oídos: que Allah te guíe Hanan, no olvides tu oración. Ocho de la mañana. Golpean a mi puerta, usualmente no me despierto a esta hora. Llanto, confusión. ¡Oh Allah! ¿Qué pasó? La condición de Noorah se tornó crítica después del Fajr, la llevaron inmediatamente al hospital... Inna lillahi wa inna ilayhi raji'un (Somos de Allah y a Él retornaremos). No iba a haber ningún viaje este verano, estaba escrito que iba a pasar el verano en casa. Después de una eternidad...Era la una de la tarde, mi madre llamó al hospital. "Sí, puedes venir y verla ahora", la voz de mi padre había cambiado, mi madre podía sentir que algo había salido mortalmente mal, partimos inmediatamente. ¿Dónde estaba la avenida que solía recorrer y que la veía tan corta? ¿Por qué era tan larga ahora, pero demasiado larga? ¿Dónde estaba la apreciada muchedumbre y el tráfico que me daban la chance de ver a la derecha e izquierda? Simplemente, todo el mundo había desaparecido de nuestro camino. Mi madre estaba agitando su cabeza en sus manos, llorando como si estuviera haciendo una du'a (súplica) para su Noorah. Finalmente llegamos a la entrada principal del hospital. Un hombre estaba lamentándose, otro había estado envuelto en un accidente y el ojo de un tercero estaba tapado con hielo, uno no podía acertar si él estaba vivo o muerto. Corrimos por las escaleras hacia el piso donde se encontraba Noorah. Ella estaba en terapia intensiva. La enfermera se acercó. "Permítanme llevarlas a donde ella". A medida que bajábamos por el pasillo la enfermera hablaba en cuán dulce muchacha era Noorah. De alguna forma había tranquilizado a mi madre que la condición de Noorah había mejorado mucho a lo que era por la mañana. "Lo siento. Sólo un visitante a la vez". Este era la unidad de cuidado intensivo. A través de la ventanilla en la puerta y toda la agitación de mandiles blancos que pasaban ajetreados, conseguí ver directamente a los ojos de mi hermana. Nuestra madre estaba parada a lado de ella. Después de un par de minutos, mi madre salió del cuarto incapaz de controlar su llanto. "Puedes entrar y decir Salam (paz) a ella pero con la condición de que no hables mucho", me dijeron: "dos minutos será suficiente". "¿Cómo estas Noorah?, estabas bien anoche hermana, ¿Qué pasó?" Nos tomamos de las manos, ella apretó la mía dulcemente: "aún en este momento, Alhamdulillah (alabado sea Allah), estoy bien". "Alhamdulillah...pero...tus manos están tan frías". Me senté al lado de su cama y puse mis dedos sobre su rodilla, ella lo apartó con espasmos. "Perdón... ¿te lastimé?". "No, es solo que me acabo de recordar de las palabras de Allah:
(y una pierna se una con la otra [por la agonía de la muerte])
Surah Al Qiyamah 75, Ayah 29
"Hanan ora por mí, es probable que conozca como es el primer día del más allá muy pronto. Es un largo viaje y no he preparado suficientes obras buenas en mi maleta". Una lágrima escapó de mis ojos y se deslizó por mi mejilla ante sus palabras. Lloré y ella me acompañó, la habitación se nubló y dejó a las dos hermanas llorar juntas. Un riachuelo de lágrimas salpicaron en la palma de mi hermana que sostuve con ambas manos. Mi padre se estaba preocupando cada vez más por mí, nunca había llorado de esa manera. Ya en casa y arriba en mi habitación, observé al sol ponerse junto a un día muy penoso. El silencio se hizo presente en los pasillos. Una prima vino a mi habitación y también otra. Los visitantes eran muchos y todas las voces que provenían de abajo se alzaban a un mismo tono. Sólo una cosa era clara a ese punto... ¡Noorah había muerto! Paré de distinguir quién iba y quien venía, no podía recordar lo que decían. Oh Allah, ¿dónde me encontraba? ¿Qué estaba pasando? Ya ni podía llorar más. Más tarde, esa semana, ellos me dijeron lo que había ocurrido. Mi papá había tomado mi mano para decir adiós a mi hermana por última vez. Yo había besado la cabeza de Noorah, aunque sólo recuerdo una cosa, al verla postrada en esa cama en donde ella iba a morir, recuerdo el verso que recitó:
"Y una pierna se una con la otra (por la agonía de la muerte)"
...y sabía muy bien la verdad del verso que seguía,
"Ese día el rumbo será hacia tu Señor (Allah)".
Surah Al Qiyamah 75, Ayat 29-30
Entré en puntillas a su cuarto de oración esa noche, viendo a los inmóviles guardarropas y a los espejos silenciosos, atesoré en ese momento a la persona que había compartido conmigo el vientre de mi madre. Noorah era mi hermana gemela. Recordé a la persona con la que había intercambiado penas, quien había aliviado mis días terribles. Recordé a quien había rezado por mi guía y que había gastado tantas lágrimas por tantas noches hablándome sobre la muerte y la rendición de cuentas. ¡Que Allah nos salve a todos! Esta noche es la primera en que Noorah la pasa en su tumba. ¡Oh Allah, ten piedad de ella e ilumina su tumba! Este era su Corán, su alfombra sobre la que hacía su oración y este era su vestido rosa de primavera que me dijo iba a guardar hasta que se case, el vestido que quería reservar sólo para su esposo. Recordé a mi hermana y lloré por todos aquellos días que había perdido. Recé a Allah para que tenga piedad de mí. Para que me aceptase y me perdone. Recé a Allah para que la mantenga firme en su tumba como ella siempre le gustó mencionar en sus súplicas. En ese momento, me detuve. Me pregunté: ¿Cómo habría sido si hubiese sido yo quien habría muerto? ¿Hacia dónde estaría yendo? El miedo se apoderó de mí y las lágrimas comenzaron nuevamente a brotar. Allahu Akbar (Allah es el Más Grande), Allahu Akbar ...El primer Adhan surgió suavemente desde la masjid, cuán hermoso sonaba esta vez. Me sentí en calma y relajada a medida que repetía el llamado del Muadhdhin (muecín). Me puse el chal sobre los hombros y me levanté para rezar el Fajr. Recé como si éste hubiera sido mi última oración, una oración para decir adiós, así como Noorah lo había hecho ayer, ese había sido su último Fajr. Ahora e Insha'Allah (Si Allah quiere) por el resto de mi vida, si me levanto en las mañanas no puedo contar con estar viva todavía cuando sea de noche y en la noche no puedo contar con estar viva por la mañana. Todos estamos siguiendo el rumbo de Noorah. ¿Qué es lo que hemos preparado para ese viaje?
Autor:
Desconocido
Cortesía de:
Aicha